jueves, 10 de septiembre de 2009

¿POR QUÉ?

¿POR QUÉ?

Llegaron juntos, felices, al pequeño puerto de Bel.

La luna de miel tan soñada estaba comenzando.

Todo era asombro.

Las aguas cristalinas, los cardúmenes haciéndoles cosquillas en sus tobillos, los besos bajo el agua…

Durante la noche, la luna gigante y extrañamente amarilla reflejaba sus luces en la bahía e iluminaban sus rostros plenos de felicidad.     

Caminaron a orillas del mar prometiéndose una y mil veces amor eterno. 

Eran lindos como todo aquel que se siente dichoso ante tanto amor y tanta maravilla. Bel fue testigo de la pasión que los envolvía.

Ellos eran toda luz. Brillaban.

No pasó mucho tiempo y ella tuvo que viajar a otro puerto. Esta vez por trabajo. Esta vez sin su amor.

El calor tropical de Puerto Barrios, el ron, la cerveza, y vaya a saber qué más, la hicieron caer en los brazos de otro. Nadie.

Dejó repentinamente de brillar. Todo fue oscuridad.

No pudo soportar su flaqueza. La aventura absurda la agobiaba.

Se fue quedando sin palabras, sin miradas.

Un día, ante los cuestionamientos de él, simplemente dijo -me voy.

Fue al puerto de Buenos Aires y lloró hasta inundar el Río de la Plata.

Él se pregunta por qué. Ella también.

 

 


 

4 comentarios:

  1. Tiene belleza muy particular lo que has escrito. Podría decir que incluso suena mágico.

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  2. Gracias Angus por tu comentario. Tu sensibilidad captó la sensación que quise trasmitir en el cuento. Nuevamente Gracias

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  3. Me gustó. Los vaivenes del destino que no dan explicaciones.

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  4. Mil gracias Alfred. No dan explicaciones, es absoluta verdad....

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