jueves, 6 de agosto de 2009

LA MIRADA

LA MIRADA

El haz de luz dio sobre su cabeza. Como siempre, levantó el rostro, clavó su mirada en la ventana de la casa de enfrente, esperando esos ojos que la observaban desde la oscuridad.

Desde hacía dos años salía a caminar a las ocho de la noche, por veinte minutos exactos: diez de ida, diez de regreso. Caminaba sola, a paso firme. Sus tiempos los marcaba el haz de luz que a los diez minutos de caminata, se encendía en la casona de las rejas negras, iluminando toda la vereda.

Una noche descubrió que desde la ventana de la casa de la vereda de enfrente unos ojos la miraban. Desde ese día, su mirada iluminada buscó los misteriosos ojos en la ventana.

El haz de luz dio sobre su cabeza. Como siempre, levantó el rostro, clavó su mirada en la ventana de la casa de enfrente. No se corrieron las cortinas. No había ojos escrutándola.

Caminó pausadamente.

El haz de luz se apagó.

Su mirada aún seguía fija buscando en la oscuridad de la noche cerrada, cuando un - ¿me buscás a mi?- la sobresaltó.

Descubrió los ojos de la vereda de enfrente a su lado y dijo sí.

(Este cuento fue premiado en el foro de cuentos del diario "La Nación" y luego publicado en su revista dominical. El Foro de cuentos del diario da consignas semanales, y hace un tiempo atrás permitía que la máxima extensión de los mismos, fuera de hasta 200 palabras.)

 

6 comentarios:

  1. este cuento me encanta desde siempre mà! dà para filmar un corto!

    ResponderEliminar
  2. Que lindo Graciela!
    Tão poucas palavras, tanto mistério, tanta emoção.
    Adorei conhecer este seu outro mundo
    beijo
    João

    ResponderEliminar
  3. Gracias Joao. No sabés lo que me emociona tu comentario. Te quiero mucho y gracias por leer.

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno Grace!!!

    Es corto y sencillo, pero te despierta un interés apasionante hasta el final. Genia !!!

    ResponderEliminar