martes, 25 de agosto de 2009

LA MANO

LA MANO

Corría octubre de 1939, el frío en Polonia se acentuaba aún más por la presencia de las hordas alemanas que habían invadido la ciudad.

Los padres de Ana, habían tomado una decisión: salvar a su única  hija. El dolor de estar separados era preferible a pensar que los nazis la violaran o la mataran. Gastaron sus únicos ahorros en conseguir la falsificación del documento, en el pase para el viaje en tren a Italia y en el pasaje del barco que la llevaría sana y salva a Argentina.

Una mañana, la nieve cubrió toda la ciudad, dejándola tristemente blanca. Los disparos alemanes eran el sonido aterrador y rítmico de Poznan.

Ana llegó a la estación de tren y sus padres sin derramar una sola lágrima, le prometieron alcanzarla.

El tren arrancó. Con deseperación quiso mirar una vez más a sus padres, pero la nieve se lo impidió. Sólo la mano de su madre, limpiando angustiosamente la ventanilla, le quedó como recuerdo.

Nunca más los volvió a ver.

Ana siempre hablaba de la mano de su madre, de la nieve y de la guerra. Indefectiblemente se tocaba su mano y lloraba.


(Consigna un relato de Guerra en un máximo de 180 palabras)

En recuerdo de la mamá de Renata

(Este cuento fue premiado en La Nación en el año 2005)

3 comentarios:

  1. Muy bueno... Gracias por dedicárselo a mi mamá! Al leerlo me conmovió pensar en lo cíclica que puede llegar a ser la vida. Un beso grande!

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  2. Tu abuela siempre contaba que lo último que recordaba era la mano de su madre saludándola en medio del frío y la nieve. El resto fue toda una versión libre. Y es verdad, el mundo gira y gira y los ciclos pasn y se repiten. Un beso enorme.

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