jueves, 13 de agosto de 2009

BRONCA

BRONCA

 

-Buenas noches. Doctora Torres, encantada.

-Te veo cara conocida…Vos sos Alcira… Araceli… humm, ¡Alicia! Ése es tu nombre. Decime que no estoy confundido…

-Sí, soy la doctora Alicia Torres.

-¡Qué sorpresa! ¡Tantos años! ¿Te acordás de mi? Pablo Suárez Llop.

-Sí. Además tengo tu nombre en la orden de atención.

-No sabía que eras médica. ¿Cuándo estudiaste?

-Siempre.

-¿Cómo fue que yo no sabía que estudiabas?

-No te acordás, no es que no lo supieras. Bah, en definitiva es lo mismo. Voy a hacerte unas preguntas así te puedo diagnosticar.

-Dale flaquita, preguntá. ¡Mirá que seguís linda!. No pasaron los años para vos.

-¿Edad?

-50

-¿Cigarrillos? ¿Alcohol?

- 40 puchos al día y hasta el agua de los floreros…

-¿Deportes?

-Mirar polo. ¡Ja! ¡Ja!

-¿Desde cuando te duele el pecho?

-Empezó hace un rato. Es una tontera, seguro, pero mis amigos insistieron…

-¿Dolor en el brazo izquierdo, en los omóplatos, en la mandíbula?

-No, preciosa. Si yo te digo que es una huevada es una huevada, debe ser algún mal movimiento porque me duele un poco el brazo…

-Vamos a hacerte un electrocardiograma.

-Lo que vos digas, bombón. Estoy en tus manos.

-Ahora callate mientras mi asistente te pone los electrodos.

-Princesa sonreí, aunque de verdad sos linda hasta con cara de enojada. ¿Por qué nos dejamos de ver nosotros dos?

-Te dije que te callaras. Hummmmm, hummmm…

-¿Qué pasa princesa…? no me asustes…

-Mirá Pablo, tuviste un infarto leve, pero es probable que se desencadenen otros más. Te voy a dar la orden de internación con urgencia.

-No me lo estarás diciendo en serio, ¿no? No jodas….

-Vicente, por favor, llame a la clínica pidiendo cama en Unidad Coronaria.

-Pero Doctora, le parece…

-¡Ya! Vicente, ¡es urgente!

- Alicita, tengo miedo. No me puede estar pasando esto…

- Mirá Pablo, a tu edad el riesgo de muerte a causa de un infarto son altísimas. Estoy haciendo todo lo posible por salvarte de un colapso masivo y mortal.

-Doctora, ¿puedo hablar con usted?

-Enseguida Vicente, por ahora, inyéctele un diazepam 10 endovenoso y póngale un placebo sublingual bien fuerte para laxarlo.

-Como usted diga, doctora.

-Pablo, ahora te vas a adormecer un poco, pero es fundamental relajarte. Te llevaremos a “La Trinidad”. Estarás bien cuidado. Mientras te vas durmiendo, rezá mucho, con fe. Encomendate a Dios.

-Alicia tengo miedo… estoy cagado de miedo…

-Rezá, haceme caso, rezá.

 

-Ya está súper dormido.¿Ahora me puede explicar? No entiendo nada, Doc.

-Mire Vicente, es una historia muy vieja. Este hijo de puta, me hizo añicos cuando yo tenía 20 años. Lo conocí en la fiesta de una conocida de una compañera de la Universidad. Me enganché al toque por su simpatía. Salimos un par de veces. Una noche, la segunda vez que nos veíamos, nunca me voy a olvidar, me metió no sé qué cosa en la bebida. Me durmió y me violó. Si fue él sólo o fueron más no lo sé, solamente recuerdo que cuando me desperté, estaba desnuda en el piso de un departamento que no conocía. Él ya no estaba. Tampoco sé si había alguien más, porque no miré ni a los costados. El dolor y la angustia me asfixiaban. Me vestí llorando y me fui desesperada. Nunca más lo volví a ver… hasta hoy. Cuando lo reconocí me cegó el odio. Surgieron en mi todas las miserias juntas. Lo hubiese querido matar, pero un poco de miedo no le va a venir nada mal.  Perdóneme Vicente que lo haya metido en esto… Somos humanos. Cualquiera se puede equivocar al leer un electro. Usted no es responsable de nada. La que firma el diagnóstico soy yo y ya me las arreglaré con los de la prepaga. Es mejor ser prevenidos… los síntomas estaban, ¿no? ¿Gases o el corazón?... Con los antecedentes de vida que tiene este enfermo mental…por las dudas… para este superhombre de la nada, el susto va a ser devastador. Ya lo escuchó al winner… ¡Tenía miedo! Por lo menos durante un tiempo va a estar con el culo en cuatro manos. Apúrese, vayamos a dejarlo en la clínica. ¡¿Y todavía tiene el tupé de preguntarme el porqué nos dejamos de ver?! ¡Qué hijo de puta! Vayámonos rápido porque me arrepiento y en lugar de hacerlo dormir un rato….lo duermo para siempre. Mire la bronca que tengo, que ya empecé a decir tonterías… ¡Vamos Vicente, vayámonos ya! No lo quiero ver nunca más. ¡Nunca más!

 

3 comentarios:

  1. Esta super bueno ese final, se lo merecia.

    ResponderEliminar
  2. Qué final, cánta venganza puede guardar el ser humano. En esos bordes se pierde un poco el absolutismo de lo bueno y lo malo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Gracias por su lectura, Juan Y patricia y por sus comentarios. Un cariño

    ResponderEliminar